Más del 16% de la población mundial se puede considerar joven. En la Comunidad Europea la edad de los jóvenes se considera de los 15 a los 29 años y son un total de 75 millones de los cuales unos 7,3 millones corresponden a España.
El adultismo estigmatiza a los jóvenes por su edad impidiéndoles integrarse en la construcción de la sociedad de forma adecuada e invitándoles a la inacción y la pasividad ante un futuro incierto. El adultocentrismo destaca la superioridad de los adultos por sobre las generaciones jóvenes y señala el acceso a ciertos privilegios por el solo hecho de ser adultos. Ser adulto se construye culturalmente como el modelo ideal de persona por el cual el sujeto puede integrarse, ser productivo y alcanzar el respeto en la sociedad.
Presenciamos una retirada de los jóvenes del espacio público, que confirma, su alejamiento del espacio político y simbólico, más allá de su papel como reclamo publicitario estético y agentes de consumo. Así los jóvenes son invisibilizados, estigmatizados y excluidos. Los cambios sociales, culturales y tecnológicos han dejado a los jóvenes en una situación donde los adultos tradicionales ya no son un referente. Jóvenes y adultos hemos de superar el adultismo para enfrentar la situación actual.
Como joven, tras tu formación, tendrás que empezar a buscar trabajo y encontrar un trabajo que te permita vivir bien, es decir con derechos.
La mayoría de los trabajos a los que se puede acceder siendo joven son precarios o fraudulentos; para trabajar en una condiciones laborales dignas y no dejarte engañar es conveniente: